Les comparto la nota de Olé que me hizo el periodista Pablo Chiappetta del Diario Deportivo Argentino cuando estaba esperando a los jugadores de la Selección Argentina llegar al Aeropuerto de Confins, en Belo Horizonte:
Florencia Zaccagnino tiene varios privilegios. El primero, inaugura esta prestigiosa columna de hinchas que llegaron con lo puesto. El segundo, va a disfrutar el Mundial con una libertad envidiable. Y el tercero, vive como se le canta.
Por y para eso, en diciembre renunció a su trabajo en la oficina de ventas del hotel Marriot y, ante el asombro de sus ex compañeros, agarró la mochila y partió hacia Florianópolis. Había vuelto de una experiencia similar en Europa y buscaba otra aventura que, a los 27, le permitiera seguir rompiendo con la monotonía de su rutina urbana.
Ahorros, ropa, un celular y muchas osadía: sólo con eso, Flor empezó un viaje alojándose en casas de conocidos o por conocer.
Su portugués le abrió puertas y su simpatía le adosó compañeros de ruta. Con seis más llegó a Belo Horizonte. Acá vivirá el Mundial, seguirá escribiendo su blog “Viaje y Descubra” y hará de corresponsal para su hermano periodista.
Y cuando la Copa sea recuerdo, seguirá viaje durante dos meses más. Un viaje que no detuvo ni la muerte de su mamá, hace un mes y medio, por una Epoc. En la memoria de ella es que sigue volando. Y viviendo lo que otros jamás se animarían.
