Londres siempre fue “ese” lugar al que no incluí en mi primer viaje por Europa allá por el 2013 ya que no queria sólo pasar rápido y ya. En esa oportunidad era un mes lo que mi trabajo me permitía. Quería dedicarle a Inglaterra más que 4 días a las corridas… no quedarme sólo en el “tengo que ir a Londres” porque es un “must do” si pisas el viejo continente.


Así fue como lo incluí en mi segundo viaje a Europa, el año pasado. Esta vez tenía el tiempo que quisiera, ya que en total estuve 5 meses viajando por mi continente preferido (hasta el momento).
Pero… algo extraño me pasó en Londres. Estaba entrando en el cuarto mes de viaje, volvía a viajar sola, después de haber compartido 40 días geniales con mi amiga Lud por países totalmente diferentes.
Puede haber sido el cansancio propio del andar, pero yo le adjudico mi estado “no del todo cómodo” al simple hecho de extrañar.
Sí, lo que leyeron, no todo es color de rosa mientras viajamos… En ese entonces estaba manteniendo una relación a distancia. Quien ya estuvo ahí puede entenderme perfectamente.
Tal vez Londres no fue todo lo que esperaba porque en mi mente llena de expectativas “Londres no era Londres, sin él”.
Lo denominé: “el síndrome Notting Hill”
Hugh Grant y Julia Roberts estaban everywhere, correteándose felices y compartiendo momentos increíbles en las calles de Londres. Y yo, sola.
Miraba a mi alrededor y soñaba despierta, me veía caminando con él… pero no. SI, disfruté el Big Ben, la Tower of London y claro, el famoso puente “Tower Bridge”, PERO me faltaba él. No era que no quería estar ahí, realmente quería, sólo que me hubiera encantado él, conmigo, en Londres… hermosa combinación.
Y cómo no podía ser menos, en esta imperiosa necesidad de recorrer los pasos de Anna y William (o Julia y Hugh), me puse en personaje y fui a conocer los “spots” donde los tortolitos filmaron las famosas escenas de la película:




Our second chance
Sé que voy a volver, porque es de esas ciudades que te atrapan en cada esquina, que hay millones de rincones por descubrir, que gracias a la semana que le dediqué puede conocer más allá de los highlights pero que te vas con “ganas de más”.
Voy a volver, pero para no sufrir una vez más el “síndrome de Notting Hill” voy a llevármelo a él… no excuses.
Otro de los lugares del Reino Unido donde muero por ir con él y descubrir la ciudad juntos es Escocia. Si también está en tu lista, te recomiendo que leas los consejos para Edimburgo de la grosa de Angie de titin round the world.

SOUNDTRACK: “When you say nothing at all” de Ronan Keating

Para los adictos a las GUÍAS:
lAS 10 COSAS QUE NO TE PODES PERDER EN Londres!

¿Alguna vez sentiste algo así? ¿Dónde? Esperamos tu comentario!
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6 comentarios en “Londres y el síndrome Notting Hill”
Hola, buen blog 🙂
Me paso lo mismo cuando fui a Londres en el invierno del año pasado, fuimos con un grupo de amigos para pasarla bien y termine sintiéndome solitaria caminando por sus parques, como que esa ciudad en particular da una nostalgia extraña, a pesar de ser una de mis favoritas en su arquitectura.
Saludos!!
Hola Bárbara!
Gracias por compartirme tus sensaciones, que lindo saber que no fue sólo así conmigo.
Siempre se le debe dar otra oportunidad, y la tiene más que merecida.
Abrazos y buenos viajes 🙂
Flor
Muy interesante lo que comentas Flo. Londres es tan hermosa, y Nothing Hilo vale un regreso como esperas!!!😄
Muchas gracias Marchu! 🙂
En 1993 pensé que Londres no iba a competir con nada de lo que vería después. Pero les cuento que es y sigue siendo una de las más atrapantes de las metrópolis. Ella y su gente. Ella y sus barrios. Ellas y sus embleticos lugares
Gracias madrina!
Claro que sí, es ESPECIAL!
Abrazossss,
Flor